Al lado de la Sagrada Família, este restaurante familiar fundado hace más de 20 años es todo un especialista en bacalaos, producto al que dedican de vez en cuando unas jornadas gastronómicas.
El local es pequeño, acogedor y con decoración sencilla, y el trato personal, atento y muy amable.
La cocina, de mercado y de elaboración tradicional, sin más sofisticaciones que las propias del producto. Productos en los que, en algunos casos, son auténticos especialistas, como en el bacalao, las setas o la caza de temporada (jabalí, perdiz, ciervo...).
Recomendamos preguntar por los mariscos del día y, si hay suerte y tienen gambas de Palamós, han de ser un fijo en la composición del menú.
Raciones contundentes, aunque disponen de algunos platos a medias raciones, lo que facilita la elección de aquellos con apetito más comedido.
Carta de vinos tradicional -en concordancia con el local- y carro de repostería resultón.
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