Casi al final de la calle de Major de Sarrià encontramos dos interesantísimas propuestas gastronómicas: el Tram-Tram y, el que ahora nos ocupa, el Vivanda.
Ubicado en un moderno local, cuenta con un idílico jardín interior en el que merece la pena reservar en cuanto llega primavera.
En la cocina, la dirección de Jordi Vilà -aunque físicamente sigue en el gran Alkimia- le da un toque creativo que se nota en algunos de las últimas creaciones, como en la 'truita feta al moment', con el huevo apenas cuajado.
Amplia carta de buenas tapas y mejores platillos en raciones moderadas. Como ejemplos, un sabrosísimo tomate confitado, el tartar de atún con soja y wasabi -magnífico, por cierto-, el rabo de toro relleno de cap-i-pota, o los huevos fritos con sobrasada, membrillo y puré de patata (Jordi Vilà 100%).
De postre, un digno coulant y un buen minibrazo de gitano.
Los precios ajustados -probablemente junto a Blanc de Tòfona los mejores locales de platillos en este aspecto- son otra de las bazas a favor de este local. No en vano es un BibGourmand de Michelin.
Leer un artículo sobre el Restaurante Vivanda en Estocomo
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