Justo al final de la calle Regàs, ya casi en el barrio de Gràcia, Anna Perayre -que ejerce en sala- y Kenya Nakamura -en los cuchillos- han instalado su Wagokoro, un proyecto que, como su propio nombre indica, apela al alma, a la ilusión, y al buen espíritu que hay depositado en él.
Una de sus grandes ventajas diferenciales, la apuesta por una cocina japonesa auténtica de nivel, que huye de occidentalizaciones comerciales y que propone una fórmula de menús degustación muy arraigada en la alta cocina nipona. En el caso del Wagokoro, las opciones de degustación -que irán variando en su composición quincenalmente-, incluyen de 6 a 8 elaboraciones y oscilan entre los 39 y los 54 euros.
Entre sus especialidades, el chirashizushi de ikura y vieira (con unos dados de vieira simplemente sensacionales), el arroz saboro con cebolleta fina y aroma de jengibre (por supuesto, servido antes de los postres, como mandan las cánones tradicionales), o un sashimi que poco tiene que envidiar a los grandes de la ciudad.
Carta de sakes y shochus con media docena de opciones en cada caso y, para aquellos menos iniciados (a los que recomendamos animarse a hacerlo en el sake), una pequeña selección de vinos, asesorada por el enólogo Antoni Cot (de Bouquet d'Aromes).
Sin duda, una gran opción para los amantes de la auténtica cocina japonesa, y una buena oportunidad de conocerla para aquellos que todavía no hayan tenido la ocasión.
Leer un artículo sobre el Restaurante Wagokoro en Estocomo
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